Crecer es uno de los objetivos más importantes para las empresas, por lo que cada una busca la forma más adecuada para conseguirlo: algunas invierten capital, crean nuevos productos, buscan nuevos mercados, establecen diferentes alianzas, entre otras. De hecho, y según la última encuesta Visión Pymes 2022, realizada por Brother International Corporation, los líderes empresariales ven con optimismo el panorama actual para la continuidad de sus compañías, y alrededor de siete de cada 10 de los encuestados esperan que durante este 2022 su negocio crezca.
Sin embargo, es común que en estos proceso, se omita la importancia de tener una cultura organizacional sólida y establecida, un factor crucial, pues a través de ella se definen los principios compartidos al interior de la empresa, lo que en última instancia da forma a los valores, percepciones, comportamientos y construye el sentido de pertenencia de los empleados para alcanzar los objetivos.
Astrid Encarnación*, fundadora de Ases Services, firma consultora para la planeación estratégica de empresas, señala que “una cultura organizacional fuerte es un común denominador entre las empresas más exitosas. Esto implica que han establecido los pilares de su cultura, los han comunicado a sus colaboradores y los refuerzan con diversas tácticas que han permitido que esos valores no se centren solamente en los individuos, sino en la organización y en sus metas”.
Y, ¿cómo lograrlo? A continuación, esta experta recomienda algunas claves para establecer, comunicar y hacer que los colaboradores se apropien adecuadamente de la cultura organizacional.
- Definirla desde el inicio: Es necesario que los líderes tengan claro el conjunto de hábitos, normas y valores que caracterizan a su empresa, y cómo estos definen y determinan su funcionamiento. “Cuando se definen estos principios, que suelen estar sintetizados en la visión y misión de la organización, es de suma importancia comunicarlos a todos los colaboradores desde su vinculación, y comunicar oportunamente, los cambios que puedan surgir”, afirma Astrid Encarnación.
- Contar con líderes que sean socios y aliados: Los equipos de trabajo suelen guiarse y apoyarse en un grupo de personas, quienes tienen la misión de comunicar e incentivar el compromiso con la empresa a los demás miembros. Por ello, es de suma importancia, que se cuiden tanto los mensajes, como las formas en la que los líderes transmiten los valores de la cultura organizacional.
- Brindar un entorno agradable y productivo: Una de las mejores estrategias empresariales en términos de resultados es tener un ambiente de trabajo positivo, que ofrezca bienestar y seguridad a los colaboradores: una oficina o lugar de trabajo donde se sientan apreciados y valorados en todo momento; un ambiente de cordialidad y de camaradería entre pares; y una preocupación real por la salud de los colaboradores y el equilibrio entre su vida laboral y familiar.
- Reconocer los logros y tolerar los errores: Celebrar el buen desempeño y el cumplimiento de los objetivos, es sin duda una estrategia de motivación muy útil que incentiva que los colaboradores aumenten su productividad y mantengan buenas prácticas. “De igual forma, gestionar adecuadamente los errores y fracasos, no solo fortalece la cultura, sino que es una oportunidad para motivar la innovación y nuevas soluciones”.
- Fomentar una cultura del aprendizaje: Invertir en la capacitación, en diferentes áreas, es una buena manera de fortalecer la cultura organización, así como fomentar el desarrollo profesional, pues les permite a los colaboradores adquirir conocimientos teóricos y prácticos que fortalecen su capacidad de respuesta, incrementan su productividad y fomenta la creación de equipos de trabajo de alto desempeño.
Tener pilares sólidos para la cultura organizacional de una empresa, ayuda a construir un ambiente de productividad y de bienestar que, además de ser un factor determinante para lograr el crecimiento y el éxito de los negocios, crea un diferenciador frente a los competidores, lo que finalmente se verá reflejado como una ventaja competitiva para la compañía en el mercado.